La actriz fue una de las invitadas de La noche de Mirtha Legrand y recordó un particular episodio que protagonizó en el teatro de revistas
La actriz fue una de las invitadas de La noche de Mirtha Legrand y recordó un particular episodio que protagonizó en el teatro de revistas
A lo largo de la historia del teatro de revista, la competencia entre vedettes y bailarinas siempre estuvo presente. La actriz María Rosa Fugazot, quien supo construir una sólida carrera en el mundo del espectáculo, pasó por la mesa de Mirtha Legrand y contó una historia que dejó en evidencia que el enfrentamiento entre artistas siempre existió. “Me pusieron vidrio en el maquillaje”, confesó sobre uno de los episodios que le tocó vivir en primera persona.
Luego de un emotivo ida y vuelta entre la conductora y la actriz sobre sus raíces y su familia, Mirtha quiso saber cómo era la competencia entre vedettes cuando a ella le tocó hacer teatro de revista. “¿Cómo era la vida con las vedettes, con las otras chicas?”, le consultó. Ante la mirada de desconcierto, la diva de la televisión argentina aclaró: “En escena, por ejemplo, ¿te hacían algo? Yo siempre he oído que en escena te ponían, por ejemplo, un pie para que te tropieces, o esas cosas”, agregó.
Luego de aclarar que sí le sucedió cuando era bailarina. Fugazot le dio la razón a la Chiqui con una anécdota. “Había algunas que eran bravas. Sí. Que hacían cositas”, confirmó. “Un día, me acuerdo, tenía una compañera chilena que se sentaba al lado mío para pintarse que se llamaba Kelly Casanova. Y un día me voy a pintar y me dice ´no, no te pintes. Pintate con el mío´. Le digo ´¿por qué?´. ´No te pintes porque tiene vidrio´. Me habían puesto vidrio molido en la pintura”, compartió.
“Qué maldad”, reaccionó Mirtha ante la historia. “Yo me enojé mucho”, recordó la artista. “Eso pasó pero después le rompieron a una compañera mía un regalo que le había hecho el novio que era un tapadito de nutria. Y se lo cortaron todo con tijera. Yo me enojé. Huguito Arana me decía siempre, cuando me daba el ataque, ´le subió la catalana, agárrense´. Agarré un vaso, se lo tiré y le pasó por enfrente. Y le dije ´la próxima va en la cara. Terminala. Hasta acá llegamos´”.
“Eras brava”, la definió de inmediato Mirtha, pero Fugazot intentó explicar que no tenía muchas más opciones si su idea era seguir en el medio. “Reaccionaba porque era eso o dejarte pisar la cabeza”, aseguró, sin vueltas, y sorprendió al contar que en ese entonces tenía apenas 16 años. “Qué vida increíble. Ya no existe eso”, intervino Legrand. “No, pero esa cosa de resquemores… Había dos o tres porque en realidad todo el mundo era maravilloso. Nosotras cuando cobrabas un poco de experiencia y entraban chicas nuevas íbamos dos horas antes al teatro para pintarlas, porque no sabían. Las ayudábamos. Siempre hay dos o tres que son la piedra del escándalo”, cerró.
Una vida como actriz
Hace un año, en diálogo con LA NACION, Fugazot contó que siempre se ganó la vida como actriz. Además, recordó sus inicios. “Trabajo desde los 15. Empecé bailando en Tangolandia, y después hice acrobacia. Necesitaba permiso para trabajar, porque era menor, y cuando no lo tenía, nos escondíamos con Gogó Andreu, que era mi tío, en la caldera con un calor de espanto. No podía entrar en el Conservatorio porque ya trabajaba, entonces hacía cursos de danza, vocalización, lectura, acrobacia; salía de casa a las 8 de la mañana y capaz que volvía a las 3 de la mañana porque tenía teatro. Mi mamá (María Esther Gamas) estaba contenta y mi papá muy enojado y no me habló por un mes. Era otra época…”, recordó.
Cuando le preguntaron quién le dio la posibilidad de crecer y hacerse conocida, Fugazon no dudó: habló de Gerardo Sofovich. “Me abrió puertas maravillosas. Mi papá era muy amigo de su papá, que fue un periodista muy importante. Crecí con Gerardo y Hugo y después, por años, dejamos de vernos hasta que nos encontramos en un pasillo de Canal 11 donde yo hacía Ritmo y juventud. Gerardo me vio y me dijo: ´¿Por qué no trabajás conmigo vos?´. ´Porque no me llamás´, le contesté. Y me respondió: ´En abril empezás conmigo´. Y lo primero que hice con él fue Operación Ja Ja. Siempre me acuerdo que Alberto Olmedo, Javier Portales y yo empezamos el mismo día. No teníamos un mango y juntábamos moneditas que nos alcanzaban para una sopita, una ensaladita. La única que le contestaba a Gerardo era yo y él se reía, porque nos queríamos mucho”, recordó.